viernes, 22 de junio de 2012

Don Cristobal, dos historias.



Don José Cristobal García.

Firma autógrafa de don Cristobal García, 1849. Foto: Xapra.

Nos cuenta mi abuelo en sus escritos (Familia García, 2004) que es Don Cristobal el primer García del que tiene noticia, les invito a conocer a este personaje con la mirada de mi abuelo.

Caja de agua, Tepeapulco Hidalgo. Foto: Xapra.


Don Cristobal García nació en Tepeapulco en 1790, fue el segundo o tercer hijo de un total de nueve o diez hermanos, al no ser el primogénito, no estaba obligado a seguir los pasos de su padre, eso le dio libertad de movimiento, gustaba de la cacería, de los perros y de la vida al aire libre.

Capilla de hacienda (¿?) Foto: don Honorato García, hacia 1919


Años después entra a trabajar como caporal en la hacienda de San Francisco, propiedad de un conde español, ahí traba amistad con la hija de este, conocida en el rumbo como “la condecita”, al pasar el tiempo esta amistad se convertirá en cándido romance marcado por el fatal destino, quedando al final don Cristobal dueño de la hacienda, todo esto relatado en la entrada anterior.
Cuenta mi abuelo que después de recibir la hacienda, don Cristobal contrae nupcias con una bella mujer de la que solo recuerda como María de Jesús, teniendo con ella un hijo de nombre Pánfilo, del que luego comentaremos.

Riachuelo en Singuilucan, Hidalgo. Foto: don Honorato García, hacia 1919.

Don Cristobal García es muy importante en la historia familiar, hace crecer la hacienda, compra tierras, se da a conocer como agricultor e innovador, cambia el agave por cebada y mas importante, es el que empieza la tradición de que un García se podía morir cuando quisiera o pudiera, pero tenía que dejar una hacienda a cada hijo y a veces hasta a cada hija.
No hay mas datos de don Cristobal, la historia familiar le pierde la pista y no sabemos mas de él.
En este punto quiero dar un reconocimiento a mi abuelo, pues escribió la historia de los García a los 92 años de edad, basándose en sus recuerdos y en la tradición familiar.
Los papeles muestran otra historia.
Aun no tenemos un dato preciso de cuando nació don Cristobal, nos inclinamos a creer que fue hacia 1820, si conoció a la condecita, mas el trato que tuvieron fue la compra-venta de la hacienda de San Francisco y no -desgraciadamente- la hermosa leyenda que nos contaban los abuelos.
Aun mas preciso, don Cristobal fue el primogénito del segundo matrimonio de don Juan José García Saldivar con doña Ma. Antonia Muñoz, en el primer matrimonio (con la finada doña Francisca Espinoza ) tuvo don Cristobal una hija de nombre doña Luz García Olvera.
Don Cristobal pasa a segundas nupcias con doña Martina Otamendi, con ella procrea cuatro hijos, Luis, Francisco, María de Jesus y Ma. Herculana, es posible que también a Miguel y Crispín, pero no tenemos muchos datos de esto.
Don Cristobal es un exelente administrador, heredero del rancho de Carrizales y la hacienda del Paredón, se hace administrador de la vecina hacienda de San Francisco, la cual termina comprando, es en ese entonces (1849) que cambia el nombre de San Francisco Hueyapan por el de San Francisco Londres, nunca se ha podido aclarar el por que de este cambio.

Casa  colonial en Tepeapulco. Foto: Xapra.

En los papeles que obran en nuestro poder, tenemos a don Cristobal, dueño de grandes extensiones de terreno y varias haciendas, tomando poseción de tierras, cerros y cuerpos de agua, donde nos dice que arrojó piedras, arrancó hierba, tomó y esparció agua sin que nadie se lo impidiera, pues eran suyas.

Laguna de Tecocomulco, Hidalgo. Foto: Honorato García, hacia 1919

También sabemos que tuvo alguna diferencia con uno de sus hermanos, dueño del rancho de Tlacatepa, un asunto de linderos en el cerro llamado del gallo, pero sabemos también que llegaron a un acuerdo.
Nos dicen los papeles  que tuvo dos casas en Tulancingo y una en Apan, que la hacienda la visitaba regularmente, su casa familiar la tenía en Tulancingo.
El 20 de Marzo de 1882, don Cristobal sale de Tulancingo hacia la hacienda de San Francisco y de ahí toma el camino real a la Ciudad de México, en alguna parte del trayecto , un accidente le causa la muerte.


Reloj de Sol, convento de Tepeapulco. Foto: Xapra


La Tormenta.
Don Cristobal muere sin dejar testamento, su viuda, doña Martina Otamendi inicia poco después un juicio sucesorio en el juzgado de Tulancingo y estalla la tempestad, aparece el licenciado Celso Acevedo, argumentando que su representada (y esposa) mas cinco hermanos, son los hijos de doña Nieves Lopez y don Cristobal García.
Se trata de María de Jesus, Tomasa, Ysidra, Victoria, Braulia y Martín García Lopez, quienes promueven un juicio para que se les reconozca como hijos naturales y pidiendo por vía de alimentos, el quinto de la herencia.
El caso se lleva en Tulancingo, pero doña María de Jesús inicia otro juicio, esta vez en la Ciudad de México, donde pretende que el juzgado de Tulancingo se declare incompetente y sea el de la capital el que decida sobre la herencia, aun cuando no se ha terminado el primer juicio.
El juzgado de Tulancingo falla a favor de doña Martina Otamendi, ella promueve un nuevo juicio, esta vez, en la Suprema Corte de Justicia, para que el juzgado de la capital sea declarado incompetente y se respete el fallo dado en Tulancingo.


Portada de los Apuntamientos de la Suprema Corte de Justicia, enero 23 1883


A final de cuentas, la Suprema Corte de Justicia falla a favor de doña Martina Otamendi viuda de García.
Reitero, no es nuestra intención juzgar o poner en entredicho a ninguna persona, fueron personajes de su tiempo y en su tiempo se ventilaron todas estas historias, en la tradición familiar no se mencionan estos personajes como tales, pero sus nombres aparecen a lo largo del relato familiar.
Actualmente no puedo afirmar o negar que don Cristobal y doña Nieves tuvieran sus quereres.

Fábrica y casa de don Martín García Lopez


De la familia García Lopez también hay relatos, don Martín García llegó a ser presidente municipal de Tulancingo, hizo grandes obras como la dotación de agua potable y alcantarillado, tuvo cercanía con don Pánfilo García (hermano de don Cristobal), durante su gestión, don Martín no cobró por ejercer el puesto, fue industrial de textiles e hilos de lana y ayudó a la comunidad fundando escuelas, murió en 1907, la gente de Tulancingo le guarda grato recuerdo.
Don Cristobal tiene su propia leyenda, pero esta no salió del circulo familiar, hace unos días fui a Tepeapulco, su lugar de origen y tuve la oportunidad de platicar con el profesor Angel Monroy, cronista local y no supo decirme nada acerca de don Cristobal, la hacienda de San Francisco, el cerro del gallo o el del castillo, referentes de la hacienda.
Esa falta de información me hace pensar que don Cristobal García Muñoz fue un buen hombre.